Los hasta 400 litros por metro cuadrado caídos se tradujeron hace una semana en riadas que asolaron algunas poblaciones como Paiporta, dejando escenas propias de películas catastrofistas como montañas de coches, el aparcamiento del mayor centro comercial de la Comunidad Valenciana completamente inundado, miles de casas anegadas y personas subidas en tejados esperando ser rescatadas
La DANA registrada hace una semana sobre la costa de Levante ha dejado hasta el momento más de 200 fallecidos y casi un centenar de desaparecidos. Los hasta 400 litros por metro cuadrado caídos en ocho horas del 29 de octubre pasado -una cantidad similar a la registrada en todo un año- se tradujeron en riadas que asolaron algunas poblaciones como Paiporta, dejando escenas propias de películas catastrofistas como montañas de coches, el aparcamiento del centro comercial más grande de la Comunidad Valenciana completamente inundado, miles de casas anegadas y personas subidas en los tejados esperando que las rescatasen. El terrible escenario que ha dejado el agua, la desolación de los que han perdido todas sus pertenencias, la tristeza por el fallecimiento de sus familiares y una falta de respuesta inmediata y contundente por parte de las administraciones se han convertido en agresiones a Sus Majestades los Reyes de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homónimo regional, Carlos Mazón, cuando han visitado días después las zonas más sacudidas por el agua.
Nada más ocurrir la tragedia, y por si no fuera suficiente, ha comenzado un cruce de acusaciones entre el Ejecutivo de la nación y la Generalitat Valenciana a cuenta de la responsabilidad de no haber previsto lo sucedido. Básicamente, desde Moncloa han acusado al presidente valenciano, Carlos Mazón, porque la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) anunció cuatro días antes que podría haber “chubascos y tormentas fuertes y muy fuertes”. Pero el responsable autonómico ha asegurado que la Confederación Hidrográfica del Júcar -competencia al igual que la AEMET del Estado- “desactivó la alerta hasta tres veces”. Después, una vez pasada la “gota fría”, se ha unido otra polémica: la de que nada más empezar a gobernar, Mazón había eliminado la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE) creada supuestamente por su antecesor en el cargo, Ximo Puig. Sin embargo, dicha unidad nunca llegó a estar operativa. Mientras tanto, desde la Presidencia del Gobierno, Sánchez ha declarado que “el Gobierno central está listo para ayudar y si necesita más recursos, que los pida”, una frase resumida en algunas esferas en un “si necesita ayuda, que la pida”, lo que ha contribuido a encrespar aún más los ánimos. Otra de las polémicas al respecto de lo sucedido y de las reacciones de unas y otras administraciones ha surgido por la responsabilidad de declarar el estado de emergencia como consecuencia del escenario y la situación que gabían dejado las riadas. En el Ejecutivo de Pedro Sánchez han alegado que es la comunidad autónoma la que tiene que solicitarlo, mientras que Mazón ha respondido que “el Gobierno lo ha declarado sin necesidad de pedirlo”.
Más allá de la escena política, lo sucedido en Valencia ha sacado a la luz la falta de escrúpulos de algunos que han aprovechado la situación para robar en casas y establecimientos. La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido hasta el momento a 186 personas. Igualmente se han producido arrestos por las agresiones a los Reyes de España y el presidente del Gobierno cuando visitaron la zona afectada.
Casi una semana después, y prácticamente coincidiendo con la buena noticia de que no había muertos en el aparcamiento inundado del centro comercial de Bonaire, Sánchez ha anunciado un primer paquete de ayudas de 10.600 millones de euros para particulares, autónomos y empresas de las zonas afectadas.
En los últimos días y como las últimas consecuencias de las riadas ha surgido el problema de las infecciones que puedan estar ya provocando las aguas residuales, activándose un protocolo de vigilancia epidemiológica basado en evaluaciones diarias de la zona de la catástrofe que detecten cualquier brote. Entre las afecciones que se pueden contraer, el Ministerio de Sanidad y la Consellería de Sanitat han mencionado gastroenteritis aguda, ictericia, leptospirosis, neumonía, meningo-encefalitis, fiebre con exantema y sepsis.
