D. José Antonio Satué ha visitado el plató de 101 tv en el primer programa de Guion de la temporada. Raquel Espejo y Fran Moraleda llevan adelante una entrevista que profundiza en la persona del Obispo de Málaga, su infancia, su familia, el nacimiento de su vocación, también las dudas que acompañan el camino del seguimiento de Jesús… para acabar en la Iglesia como misión y tarea para todos, con las cofradías como un espacio privilegiado de encuentro en la diversidad.
En el primer programa de Guion de la temporada, la entrevista en profundidad tiene como protagonista a José Antonio Satué, obispo de Málaga. La conversación, natural y pausada, avanza desde los aspectos más personales a lo eclesial, en una sucesión de temas que permiten conocer más la persona del nuevo obispo de Málaga, que dice sentirse cada vez más malagueño y comparte que ha probado ya el gazpachuelo: «espectacular», lo define.
En esta entrevista toca también su forma de entender el episcopado, en el que dice conservar un rasgo muy propio aprendido de sus padres: la libertad, que le lleva a afirmar que «siendo libre puedo encontrar problemas pero saber que el amor de Dios no me va a fallar nunca, me ayuda». D. José Antonio comparte también su forma de entender la Iglesia y la misión del cristiano: «Hay que levantar la voz cuando los derechos de los más pobres se pisotean».
D. José Antonio se ha emocionado recordando su paso por el centro para menores migrantes no acompañados del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados en Roma, al que le vinculaba un voluntariado, recordando cómo los allí acogidos pasaban meses sin levantar la mirada del suelo hasta que empezaban poco a poco a recuperar su ser persona:
Y todo eso sin dejar de lado el tema del programa: las cofradías. A este respecto, reconoce a los entrevistadores que miraba al mundo cofrade con resistencia en épocas pasadas, pero en Huesca, en si última etapa, estuvo sirviendo en la parroquia en la que tiene sede el epicentro cofrade y pudo conocer desde dentro esta realidad. Así, «se me cayeron algunos estereotipos», ha confesado. Descubrió cómo las cofradías trabajan la formación, lo social, y lo que considera una de las riquezas más grandes: el poder de aglutinar a personas de distintos puntos de vista, realidades sociales, de procedencia muy diversa. «Católico es todo lo contrario a cerrado», ha afirmado, valorando esos espacios en los que, dentro de la Iglesia, somos capaces de convivir con otros que no piensan igual o proceden del mismo lugar. A Málaga, en ese sentido, como en otros muchos según ha expresado en varias ocasiones, «vengo ya sin ese prejuicio, dispuesto a aprender».
Fuente: https://www.diocesismalaga.es/

