El obispo de Málaga, José Antonio Satué, ha visitado la Ciudad Autónoma de Melilla dentro de su programa de encuentros con los sacerdotes de los distintos arciprestazgos de la Diócesis. Reproducimos la crónica de la visita que ha realizado el periodista Joaquín Morales, del Diario El Faro de Melilla.
El obispo de Málaga, José Antonio Satué Huerto, se encuentra estos días en Melilla visitando nuestra ciudad. Se trata de la primera visita que realiza a la ciudad autónoma, a menos de un mes de que tomara posesión de su cargo en la capital malacitana. El obispo ha garantizado que mantendrá una presencia regular en nuestra ciudad y ha querido tener un recuerdo para los inmigrantes fallecidos en el Mar Mediterráneo, pidiendo a los gobernantes «una regulación de los flujos migratorios con humanidad».
Monseñor Satué ha mantenido este viernes una convivencia con sacerdotes, ha sido recibido por el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda y, a última hora de la tarde, ha presidido una solemne Eucaristía en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Para este sábado, monseñor conocerá en profundidad nuestra ciudad antes de partir de regreso a Málaga. La visita de monseñor se engloba en el conjunto de visitas que viene llevando a cabo por todos los arciprestazgos la Diócesis de Málaga desde que tomó posesión el pasado mes de septiembre.
Un primer viaje rápido, pero necesario, según declaró a los medios de comunicación monseñor Satué. El obispo no ha tenido ocasión esta vez de visitar las distintas comunidades religiosas presentes en Melilla. Sin embargo, garantizó que volverá a nuestra ciudad en próximas fechas. Uno de los objetivos del obispo es la transparencia de la Diócesis en todo lo relativo a información importante tanto para la comunidad cristiana como para el conjunto de la sociedad. Monseñor Satué dijo tener claro que la misión de la Iglesia no es otra que acercar a las personas a Dios. Esto es, hacer comunión dentro de la propia Iglesia y, por otra parte, desarrollar la misión. Otro de sus objetivos consiste en potenciar el sínodo. Un elemento de gran importancia potenciado por el Papa Francisco, la sinodalidad, que implica que todos sean protagonistas de la vida y acción de la Iglesia. «Que todos podamos tener opinión, que todos podamos decidir y trabajar juntos. No sólo cristianos, sino también quienes desde fuera quieran colaborar. La misión de la Iglesia está clara, pero cómo la tenemos que hacer en cada lugar dependerá de esa reflexión sinodal que hay que impulsar».
Visita emocionalmente fuerte
Aunque breve, esta visita está siendo «emocionalmente fuerte» para el obispo. No sólo por la belleza y diversidad que ha encontrado en nuestra ciudad, sino también por la cuestión migratoria. Y es que al atravesar el Estrecho, ha recordado las palabras del Papa Francisco, quien lamentó como el Mar Mediterráneo se había convertido «en un cementerio». Por ello, Satué ha rezado junto con el vicario general, Antonio Coronado, por la gente que ha perdido la vida en el mar. Asimismo, ambos han rezado por la tarea «difícil, pero necesaria» de los gobernantes de regular los flujos migratorios «con humanidad».
Satué ha admitido que nunca había estado en África y también se ha mostrado impresionado por la diversidad cultural que ha encontrado en Melilla, donde según dijo, “sólo hace falta salir a las calles para encontrarse con una familia de judíos y tanta población islámica”. Por último, el obispo garantizó que mantendrá una presencia regular en Melilla. «Es verdad que se llama Diócesis de Málaga, pero también es de Melilla. Aquí están mis fieles y quiero estar aquí», aseguró.
Ciudad agraciada
Una visita que hace que Melilla sea una ciudad «más agraciada que otras de la Diócesis», según manifestó a El Faro el vicario Episcopal de Melilla, quien recordó como otras visitas del obispo se han centrado en mantener una comida con sacerdotes, mientras que en nuestra ciudad permanecerá un día entero, conociendo este punto de la Diócesis en profundidad. Para el vicario episcopal, el actual obispo representa una «savia nueva» que puede ser muy positiva. Especialmente, dijo, en este Año de la Esperanza. «Confío mucho en la providencia de Dios que nos ha regalado este obispo. Rezo mucho por ello». Resa quiso acordarse del anterior obispo, Jesús Catalá, quien tras 17 años al frente de la Diócesis, ha dejado una fuerte huella en la misma. «Monseñor Catalá puso su confianza en mi cuando me designó hace 7 años. Se ha desvivido por Melilla y por la Diócesis».
Fuente: https://www.diocesismalaga.es/
