Desde Uruguay y Paraguay, los Cardenales Daniel Sturla y Adalberto Martínez Flores evocan al pontífice como pastor cercano y profeta de las periferias. Su huella espiritual sigue viva en una Iglesia que camina con los más frágiles
La partida del Papa Francisco ha conmovido profundamente a la Iglesia católica, particularmente en América Latina, región que fue cuna de su corazón pastoral y fuente de muchas de sus intuiciones evangélicas. Desde Uruguay y Paraguay, dos voces cardinalicias se alzan para rendir homenaje a quien fue mucho más que un pontífice: un hermano, un pastor y un padre para los pueblos latinoamericanos.
El Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, compartió con los medios vaticanos una mirada íntima sobre el impacto que Francisco ha dejado en la Iglesia rioplatense. Su legado, afirma Sturla, es ante todo espiritual y pastoral: una Iglesia en salida, hospital de campaña para los heridos de la vida, con una misión clara de anunciar el Evangelio con alegría, como lo marcó desde los primeros pasos de su pontificado en Evangelii Gaudium. En palabras del Cardenal, Francisco “puso a los pobres en el centro” y vivió hasta el final ese amor preferencial, visitando a presos y marginados incluso en su fragilidad física.
Pero no solo su estilo pastoral marcó a la Iglesia. También lo hizo su cercanía con los pueblos del sur, particularmente con el Uruguay. “Fue un tiempo de sentir muy cerquita al Sumo Pontífice”, señala Sturla, recordando la entrañable relación que el Papa mantuvo con la Iglesia uruguaya, con afecto paternal y una comprensión profunda de su idiosincrasia.
Fuente: https://www.vaticannews.va/
